Gases de efecto invernadero y su contribución al cambio climático
Los gases de efecto invernadero o bien conocidos como (GEI) son gases emitidos de forma natural y antropogénica, es decir, emitidos por la actividad humana, cuya presencia contribuye al efecto invernadero.
Asimismo, estos gases se acumulan en la atmósfera de la Tierra y absorben la energía infrarroja del Sol. Esto crea el denominado efecto invernadero, que contribuye al calentamiento global del planeta.
Una vez aclarado qué son los gases de efecto invernadero es importante saber cuáles son, ya que entender qué acciones los emiten es indispensable para reducir su efecto nocivo sobre la Tierra.
¿Cuáles son los gases de efecto invernadero?
En este sentido, el vapor de agua surge como consecuencia de la evaporación. La cantidad de vapor de agua en la atmósfera depende de la temperatura de la superficie del océano.
Entonces, la mayor parte se produce como resultado de la evaporación natural, en la que no se interviene la acción del hombre.
Ahora bien, otro de los gases de efecto invernadero es el dióxido de carbono (CO2). Este es el más importante porque es el que más se asocia a actividades humanas y el principal responsable de este efecto.
Además, la concentración en la atmósfera se debe al uso de combustibles fósiles para procesos industriales y medios de transporte. Así pues, su emisión viene de los procesos de combustión (petróleo, carbón, madera) o bien de las erupciones volcánicas o los incendios forestales.
Por otra parte, esta el metano (CH4). Su origen se encuentra en las fermentaciones producidas por bacterias anaerobias especializadas que se encuentran en zonas pantanosas, cultivos como el arroz y en las emisiones desde el tracto intestinal del ganado.
También se produce por los escapes de depósitos naturales y conducciones industriales.
Del mismo modo, el óxido nitroso (N2O) es otro de los gases de efecto invernadero provocado principalmente por el uso masivo de fertilizantes nitrogenados en la agricultura intensiva.
Igualmente, lo producen otras fuentes como las centrales térmicas, los tubos de escape de automóviles y los motores de aviones, la quema de biomasa, la fabricación de nailon y el ácido nítrico.
Se suman a los gases de efecto invernadero, el ozono troposférico (O3), originado por la quema de fuentes de energía contaminantes. Y los clorofluorocarbonos (CFC), son compuestos químicos artificiales que se encuentran presentes en pequeñas concentraciones en la atmósfera.
Estos últimos son extremadamente potentes en el efecto invernadero que provocan. Tienen múltiples usos industriales en sistemas de refrigeración, como componentes de aerosoles, producción de aluminio y aislantes eléctricos, entre otros.
¿Cómo se producen estos gases?
Los gases de efecto invernadero ingresan a la atmósfera de dos formas diferentes: a través de un proceso natural como la respiración de los humanos, animales y plantas.
Por otro lado, la otra forma es mediante actividades humanas como la fabricación de elementos plásticos, la extracción o combustión del carbón.
Finalmente, las consecuencias de los gases de efecto invernadero y el cambio climático para el planeta son catastróficas. Algunas son, el deshielo, inundaciones en islas y costas, huracanes más fuertes y desertificación.
Así como también, daños en la agricultura y ganadería, migraciones, enfermedades, pandemias, hambruna y escasez de alimentos.
Es necesario y urgente que se tomen las medidas para este efecto invernadero de forma inmediata.
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