En la industria del frío existen dos métodos que se coronan como reyes de la refrigeración. Pero el frío mixto, que es una combinación de los dos referentes, es la opción con más potencia y beneficios. La mixtura ocurre entre los procedimientos de congelación con gases criogénicos y el frió mecánico.
Los de primer tipo se desarrollan en armarios o túneles. Mientras que los segundo ocurren en instalaciones más grandes. Ambas técnicas son sumamente efectivas y tienen grandes campos de aplicación. Sin embargo, la asociación entre ambas es altamente funcional.
El frío mixto resulta en una habitación o armario multifuncional con distintos sectores. Esta tecnología tiene dos posibilidades de ocupación. Se puede colocar el frío criogénico delante del mecánico, con esto se endurecerá el producto en superficie. Como efecto, se registra un incremento en la calidad y se evitan pérdidas de peso en los compuestos expuestos. Lo que ocurre porque el producto congelado se introduce en la superficie. Consecuentemente, se da paso a densidades de carga mayores y se evita en gran parte la escarcha de los evaporadores de la instalación.
Cambios en la operación del frío mixto que puede duplicar la producción
Por otro lado, también es factible invertir el orden de los elementos refrigerantes. Es decir, se ubica el frío criogénico detrás del mecánico. En este sentido, su beneficio es el aumento significativo en la producción, el cual se puede incluso duplicar. Pero, además, se conservan los estándares de calidad preexistentes. De igual forma, es factible enfriar el producto para un tratamiento posterior, como el glaseado en materia de pescados.
Cabe destacar, que en ambos casos la mayor parte de la congelación se asegura por el frío mecánico. El valor más atractivo del frío mixto para la industria es que la técnica toma lo mejor de ambas partes. Esto permite conservar las ventajas características de cada una por separado.
Desde este enfoque, el frío criogénico supone la posibilidad de realizar transferencias térmicas. Lo que reduce el tiempo de tratamiento. Por su parte, el frío mecánico aporta economía de explotación, así como permite el tratamiento de grandes cantidades de producto. Una cifra que oscila entre las 10 y 12 toneladas por hora.
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