Cuantificar y determinar la presencia de azufre y carbono en metales como el acero es un proceso que se hace bajo combustión. La razón es que el método de cuantificación de estos elementos es mucho más preciso de este modo. Específicamente, en relación con los niveles de porcentaje de masa y el rastreo de partes por millón. ¡Estudiemos sobre carbono y azufre en metales!
Lo primero es destacar la definición de combustión en líneas generales. Esta se conoce como una reacción química que se produce entre el oxígeno y un material oxidable. Como consecuencia, se desprende energía que habitualmente se manifiesta por incandescencia o llama, y es capaz de moldear o alterar las moléculas de materiales como el acero.
Ahora bien, este método analítico requiere de una excelente linealidad y una calibración de múltiples puntos. El objetivo es conseguir datos precisos de las concentraciones de azufre y carbono que van en un rango de unas pocas partes por millón al 2%. La popularidad de la técnica también se debe a sus bajos requisitos de homogeneidad y preparación de muestras, lo que reduce inversiones de capitales. Además, tiene una intachable reputación en cuanto a resultados rápidos y exactos.
Importancia de determinar el azufre y carbono del acero
Determinar la presencia de azufre y carbono en el acero es de suma importancia para el control de calidad y la certificación de metales de este tipo. Para ser más específicos, su presencia se categoriza como impureza del material y consecuentemente reduce sus cualidades positivas. Es decir, lo imposibilita o incapacita como un producto para algunas aplicaciones.
En líneas generales, el acero resulta de utilidad en sectores industriales como transporte, construcción, y tecnología energética. También son materia prima en la elaboración de utensilios de uso común en hogares, hospitales, restaurantes y laboratorios.
Para cumplir con todos los requisitos de aplicación, el acero se debe adaptar en forma individual para purgar el azufre y carbono innecesario. Lograr este objetivo exige una variación significativa de la microestructura y composición del metal. Es decir, las propiedades mecánicas pueden ajustarse mediante la aleación de hierro con más o menos átomos de carbono. En este punto entra en vigencia la combustión.
Además, al someter el acero a esta técnica se eliminan las impurezas de azufre, vinculadas con algunas propiedades negativas del metal, por ejemplo, la fragilidad. Esto se aprovecha en industrias de alta tecnología en técnicas de aleación para motores de aviones. Otro ejemplo que da fe de su eficacia, es la elaboración de vehículos, ya que sus procesos necesitan aceros avanzados con alto contenido de carbono y resistencia. Por otro lado, en los materiales de embalaje se aplican metales dúctiles con bajo contenido de carbono.
En Gasex sabemos cuáles son los temas que te interesan, así que pede ser que te llame la atención el siguiente artículo: El proceso de producción del acero se puede perfeccionar