La cianuración de oro y plata es una técnica metalúrgica también conocido como proceso de MacArthur-Forrest, nombre que se le atribuye por su precursor. En líneas generales, el proceso de cianuración es un tratamiento electroquímico que consiste en bañar aceros en cianuro y un agente oxidante como el oxígeno.
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El proceso de la cianuración se basa en que el oro, plata y sus distintas aleaciones, son solubles en tratamientos cianurados y alcalinos diluidos. Los cuales, también son manipulables a través de la reacción química denominada ecuación de Euler: 4 Au + 8 NaCN + O2 + 2 H2O → 4 Na[Au(CN)2] + 4 NaOH.
En palabras más sencillas, las soluciones de cianuro de potasio o sodio tienen capacidad de disolución preferente por las partículas de oro metálico y plata en comparación con otros minerales de este tipo.
Una de las grandes ventajas de este método, también nombrado lixiviación, es las oportunidades de ahorro. También maximiza la eficiencia, con la posibilidad de obtener un mayor porcentaje de oro, con un producto final metálico puro.
No podemos dejar de lado sus beneficios en el área de seguridad ambiental. Pese a que existen otros agentes para disolver acero, como el cloruro, bromuro o tiosulfato; los complejos que se obtienen resultan más inestables. En consecuencia, son reactivos más peligrosos para la salud y el ecosistema.
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Oxígeno: el mejor oxidante de la cianuración de oro y plata
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Como ya hemos referido antes, el oxígeno es el agente oxidante por excelencia en la cianuración de oro y plata. Esto se debe a que la disolución dará resultados tan buenos, y hasta mejores que los que puedan lograrse con oxidantes químicos. Todo por un precio más bajo.
Además, su uso tiene como efecto neto la disminución del tiempo de residencia, es decir, un aumento sustancial de producción sin implicar inversión en equipos extra. Por otro lado, la fusión se hace con quemadores estándar Aire-Combustible, lo que presentan inconvenientes debido a que el nitrógeno toma una buena parte del calor disponible del horno.
Pero, nuevamente el oxígeno es la solución para la cianuración, ya que, al reemplazar parcial o totalmente el aire de combustión por este gas atmosférico, esta condición se merma considerablemente.
Como resultado se reducen de las emisiones de óxidos de nitrógenos, gas amarillento altamente contaminante; y se trabaja con mucha flexibilidad, debido a que el consumo de oxígeno está disponible de acuerdo a los requerimientos del proceso.
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