Los procesos de desoxigenación de líquidos consisten en desplazar la presencia de oxígeno y humedad de los alrededores de cierta bebida. Esto se logra al exponer el producto en cuestión a la inyección de un gas neutro, como el nitrógeno o dióxido de carbono. También se puede ocupar una mezcla balanceada entre ambos compuestos, lo que se conoce en la industria como Aligal. La mixtura cumple con requisitos específicos vinculados con la pureza, la trazabilidad y las normas de Análisis de Peligros y Puntos de Control Críticos. Todo esto relativo a la atmósfera protectora requerida en el procesamiento de cualquier alimento.
Estas prácticas de abrigo buscan evitar las pérdidas de los estándares de calidad y son comunes en la fabricación de algunos elementos, como los vinos y los productos que pueden extender sus ciclos de vida de meses a años. Un área de trabajo muy importante a nivel nacional si tomamos en cuenta 900 millones de personas cada año degustan una botella de vino, y en Chilese exportan cerca de 55 millones de cajas. Esto según estadísticas publicadas el año pasado. Sin embargo, las técnicas de desoxigenación de líquidos no discriminan en su campo de aplicación. Lo que significa que el procedimiento también es compatible en la conservación y protección de bebidas tales como zumos, néctares, aceites, jarabes, leche, entre otros.
Para que este método tenga éxito, debe aplicarse desde el depósito de llenado, donde se reemplaza el aire de la parte superior por una atmósfera inerte. Es necesario llevar este paso a cabo antes del traslado de la bebida, de lo contrario se admitirá automáticamente un volumen de gas neutro equivalente al volumen del líquido trasegado. Consecuentemente, el compuesto gaseoso llega a los depósitos con una presión baja, que en términos numéricos se ubica entre 10 a 30 milibar (mbar).
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Equipamientos y sus funciones en la desoxigenación de líquidos
La desoxigenación de líquidos también necesita que los depósitos cumplan con ciertos requisitos. Por ejemplo, con el objetivo de mantener los gases herméticos, los contenedores se tienen que fabricar con bases de acero inoxidable, poliéster o cemento. Además, deben contener una tapa estanca y un dispositivo de seguridad en caso de sobrepresión.
Por otro lado, resulta vital contar con los equipamientos y componentes adecuados. Como las botellas de gas comprimido, regulador para la presión del gas y caudalímetro para controlar el flujo gaseoso. En la lista continúan las válvulas de aislamiento o cierre, los depósitos y bombas para el líquido que queremos desoxigenar y un inyector de gas.
Este último es el elemento principal de la instalación ya que se encargar de dispersar el gas en microburbujas. En efecto, el pequeño tamaño de las burbujas y su gran número permiten un excelente contacto entre el gas y el líquido, lo que es muy importante para desplazar al oxígeno. Cabe destacar que seguido de este equipamiento debe estar una longitud de tuberías de al menos 8 metros, un tamaño necesario para realizar un adecuado intercambio entre gas y líquido.
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