El uso del CO2 en la radiología es apenas una de las múltiples aplicaciones que este gas tiene en la actualidad en el área de la medicina. La especialidad de la radiología con co2 tiene grandes beneficios, tales como su aplicación como contraste en angiografías. Más adelante te explicaremos que es una angiografia.
El comienzo del dióxido de carbono en la medicina tiene referencia de su uso en 1920. En ese momento se utilizó como medio de contraste en la circulación venosa en los años 50.
Las investigaciones relacionadas en su entorno las inició Hawkins en los años 70. Se introdujo como medio de contraste arterial en 1982. Posteriormente, se mejoró la tecnología para optimizar su visualización y en 1996 se presentó el primer sistema de inyección.
¿Que es una angiografia?
Si te estás preguntando qué es una angiografía, pues ten en cuenta que es un examen médico que sirve para hacer diagnósticos sobre la situación en a que se encuentran las arterias de un paciente.
Ahora que ya sabes que es una angiografia entonces debes tener claro que es precisamente para hacer esta prueba que se utiliza el co2 como contraste.
CO2 en la radiología sin inconvenientes
El uso de CO2 en la radiología no presenta problemas de toxicidad ni alergias. Resulta que es 20 veces más soluble que el oxígeno en la sangre, por lo que permite su inyección a baja presión.
Además, es capaz de flotar en el llenado de vasos sanguíneos. También se caracteriza por ser radiopaco y permite visualizar vasos de pequeño calibre. Esto último es debido a su baja viscosidad.
El CO2 está indicado como medio de contraste en pacientes en insuficiencia renal, pacientes con alergia a los contrastes (medio de contraste yodado principalmente) y en angiografía rutinaria por debajo del diafragma (arteriografías abdominales y de miembros inferiores). Descubre más usos de Co2 en la salud.
Ventajas de la radiología con CO2
El CO2 permite la visualización del sangrado intestinal, shunt arterio-venoso, vasos colaterales pequeños y tumores. En cuanto a las ventajas clínicas que tiene la radiología con CO2 destaca que el gas puede ser administrado en cantidades ilimitadas. Eso sí, se requieren cantidades menores a las que se necesita con el medio de contraste yodado.
Tiene baja viscosidad porque es 400 veces menos viscoso que el medio de contraste yodado. Esto permite lograr una inyección a través de pequeños catéteres, inyección entre el catéter, así como la guía y visualización de vasos de pequeño calibre.
También puede darse el uso en catéteres de pequeño calibre. Esto reduce la necesidad de cambio de catéteres.
Otras de las funcionalidades que tiene el CO2 en la radiología es que evita interferencia con el gas intestinal. También realza la visualización de TIPS y otros procedimientos endovasculares.
Su baja viscosidad y compresibilidad hace que tenga mayor sensibilidad en la detección de fuentes de sangrado.
El CO2 es más ligero que el plasma, puesto que la elevación de la extremidad inferior a 14-20º, en relación con la inyección intraarterial de 100-200g de nitroglicerina, aumenta el flujo de gas y el llenado de las arterias distales en la extremidad inferior.
Es ideal para las angioplastias de la arteria renal y en colocación de stent. Esto es gracias a que no causa toxicidad renal,
Tampoco causa toxicidad hepática y se puede usar en cantidades ilimitadas porque el gas es eliminado de manera efectiva mediante la respiración. Es particularmente útil en pacientes con función cardíaca y renal comprometida que se someten a intervenciones vasculares complejas.
Cómo administrar el CO2 en la radiología
Las formas de administrarlo al paciente son mediante un inyector o de forma manual. El inyector es más seguro al eliminar la contaminación aérea, porque asegura una distribución uniforme en sincronización con el electrocardiograma.
Adicionalmente elimina la distribución brusca, que se hace lentamente. Esto permite que se mejore la visualización.
Por otra parte, la forma manual se realiza mediante inyención, mediante el uso de kits de bolsas y tubos diseñados para este fin. El catéter nunca debe ser conectado directamente al cilindro de CO2.
Es importante no usar sedación profunda, pues la depresión respiratoria e hipotensión causadas por la contaminación del aire pueden confundirse con efectos del sedante. Además, el paciente debe ser monitorizado con capnografía durante todo el procedimiento.
Dificultades de su uso en la radiología
Algunos inconvenientes que se presentan ante el uso de CO2 para la realización de angiografía son que no se puede usar en procedimientos por encima del diafragma, como cirugías cerebrales o de tórax. Esto no debe hacerse por riesgo de embolia a arterias espinales, coronarias o cerebrales.
Su desplazamiento uniforme por la sangre puede crear dificultades debido a las variaciones de los vasos en presión y tamaño. Por ser incoloro e inodoro crea dificultades de administración al no existir diferencias visuales con el aire del ambiente.
Se puede comprimir en su inyección pero se expande rápidamente apenas sale de su recipiente, la administración explosiva no causa daño vascular, pero si causa incomodidad al paciente.
La calidad de la imagen es ligeramente menor que con medio de contraste yodado. Se requieren múltiples inyecciones, se necesitan 2 minutos entre una inyección y otra para que el CO2 se disuelva completamente. Esto prolonga el tiempo de exposición a radiación.
Se debe tener mucha precaución en pacientes con hipertensión pulmonar o insuficiencia pulmonar. No debe usarse en pacientes con defecto septal o malformación arteriovenosa pulmonar.
Los efectos adversos que se pueden presentar son náuseas, vómitos, eventos cerebrovasculares, eventos coronarios, falla cardíaca aguda (en venografias), colitis isquémica transitoria.
También puede manifestarse isquemia mesentérica transitoria, obstrucción del flujo arterial por administrar cantidades muy grandes o no esperar el tiempo necesario entre una toma y otra.
Además, el co2 en la salud no siempre es bueno por lo que en algunas ocasiones debes tomar medidas de seguridad.
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