Sulfuro de hidrógeno (H2S), un gas incoloro, inflamable y extremadamente peligroso con su característico olor a huevo podrido. Es más pesado que el aire y puede acumularse en áreas bajas y cerradas, escasamente ventiladas, bien sea sótanos o bóvedas subterráneas. Aprendamos sobre el Ácido sulfhídrico o Ácido hidrosulfúrico, como también se le conoce.
Este ácido sucede de forma natural en petróleo crudo y gas natural, además puede ser producido por la descomposición de materia orgánica, al igual por desechos humanos y animales, como bien pueden ser las aguas negras.
Por ejemplo, si en el interior de una tubería no hay oxígeno, los microorganismos se alimentan y producen sulfuro de hidrógeno, con un peculiar hedor. Esto se denomina septicidad y es la causa del H2S (fórmula química) y del olor que lo acompaña.
Por otro lado, el nombre químico de este gas es sulfuro de hidrógeno, aunque también es conocido por varios nombres, como, por ejemplo: sulfuro de dihidrógeno, hidrógeno sulfurado, gas de alcantarilla, ácido sulfhídrico y ácido hidrosulfúrico.
Además, como ya se hizo mención, la fórmula química de este ácido hidrosulfúrico es H2S. Este ácido se encuentra a su vez, entre los gases de volcanes, manantiales de azufre, emanaciones de grietas submarinas, pantanos y cuerpos de aguas estancadas.
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Peligroso ácido sulfhídrico
Generalmente a este ácido sulfhídrico se le puede detectar el olor a bajas concentraciones en el aire. Sin embargo, en altas concentraciones, una persona puede perder la capacidad para olerlo. Esto hace que el sulfuro de hidrógeno sea muy peligroso.
Tiene efectos adversos para la salud. Causa una gran irritación en los ojos y en las membranas mucosas del tracto respiratorio.
El H2S puede ser un problema cuando menos se lo espere. En adultos, resulta letal a partir de 300 ppm (partes por millón) y bajo ciertas condiciones, como en un espacio cerrado, el sulfuro de hidrógeno puede resultar mortal de forma instantánea.
Se trata de un gas con varios peligros, ya que es tóxico, explosivo e impredecible.
Por otra parte, el ácido sulfhídrico es uno de los componentes principales en el ciclo natural del azufre.
Sulfuro de hidrógeno y el ciclo del azufre
Ahora bien, el ciclo del azufre comienza en la litosfera, que es la corteza superficial del planeta Tierra. Los sulfatos son sales o ésteres que están presentes en el suelo y también están disueltos en las aguas.
Principalmente, las plantas absorben los sulfatos del suelo a través de sus raíces y los incorporan a su sustancia vegetal. Estas reducen los sulfatos a sulfuros.
Una vez en la estructura vegetal, el azufre puede pasar a través de los seres vivos en las cadenas alimentarias de la naturaleza.
Por otro lado, los animales herbívoros se alimentan de las plantas e incorporan el azufre en su cuerpo.
Asimismo, los carnívoros se alimentan de los herbívoros, así que la carne de estos, que ya contiene azufre, pasa a su propio cuerpo para contribuir a su funcionamiento.
Y cuando los animales mueren, los cuerpos echados en el suelo son aprovechados por organismos descomponedores, tales como bacterias y hongos. Estos desintegran los cadáveres y la materia queda reducida a partículas orgánicas.
Como el azufre está presente en algunos aminoácidos del cuerpo, las bacterias del suelo lo convierten en sulfuro de hidrógeno (H2S) que se oxida para producir sulfato; así, los sulfatos vuelven al suelo y el ciclo se completa para volver a empezar.
Ácido hidrosulfúrico en forma de gas
El ácido hidrosulfúrico es liberado al medio ambiente principalmente en forma de gas y se dispersa en el aire. Sin embargo, en algunas ocasiones, puede ser liberado en el residuo líquido de una industria o como resultado de un evento natural.
Ahora bien, cuando se libera en forma de gas, permanece en la atmósfera durante un promedio de 18 horas. En este período, el H2S puede transformarse a anhídrido sulfuroso y a ácido sulfúrico. El sulfuro de hidrógeno es soluble en agua y en agua forma un ácido débil.
Finalmente, este gas se considera una amenaza química de alta prioridad, tanto por su uso industrial como por su posible uso terrorista. Su olor característico es un arma de doble filo, puesto que puede llegar a producir parálisis de los nervios olfativos, engañando a la gente sobre su presencia.
A pesar de su toxicidad y de sus posibles usos con fines terroristas o suicidas, el sulfuro de hidrógeno y sus derivados forman un importante papel para la vida.
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